Normalmente, la mayoría de los vinos pueden ser servidos directamente de la botella. Pero en muchas ocasiones es necesario decantarlos antes de su consumo, es decir, verterlos previamente en un recipiente denominado decantador con el fin de liberar los aromas del vino y dejarle respirar.
¿Por qué se decanta un vino?
Los tres principales motivos por los que se puede decantar un vino son:
- Separar los posos o sedimentos. Durante el proceso de fermentación suelen aparecer sedimentos que se precipitan en el fondo de la botella. Aunque estos elementos no son negativos ni son signo de mala calidad, son muchos los expertos que prefieren eliminarlos de su copa. Sin embargo, muchos amantes del vino prefieren que su vino contenga posos debido a la intensidad del sabor y el aroma que presentan. Esto suele ocurrir con mayor frecuencia en los vinos de mayor edad, en los que el proceso de maduración es más prolongado.
- Oxigenar el vino. Normalmente durante la crianza del vino, debido a la falta de oxígeno, pueden originarse aromas que pueden resultar desagradables nada más abrir la botella. Al airear el vino se conseguirá eliminar esos olores y dar paso a los verdaderos aromas del vino, lo que se llama buqué del vino.
- Para abrir el vino. Muchos consumidores decantan el vino simplemente para “presentar” o servir el vino.
¿Cuándo debemos decantar un vino?
La decantación no es una norma, sino una opción que puede mejorar (o empeorar) la calidad del vino. Todo dependerá del tipo de vino que queramos consumir, así como de sus cualidades y de aspectos tan relevantes como el tipo de uva, el tiempo de maduración, etc. Por ello es necesario conocer el vino que queremos tomar antes de tomar la decisión de decantarlo si no queremos echarlo a perder.
Por norma general, se decantan los vinos más viejos, ya que tras el proceso de maduración pueden presentar una mayor cantidad de posos. Pero esto en ocasiones no es buena idea, ya que puede ocurrir que tras el contacto con el aire el vino pierda todas sus propiedades. Igualmente, hay partidarios que aseguran que un vino joven resulta mucho más agradable tras unas horas de haber sido decantado.
En resumen, sea un vino joven o añejo, siempre hay que saber si se trata de un vino que se presta a la decantación. En el caso de que no se esté muy seguro, todo es probar y averiguar de qué manera nos gusta más. Al fin y al cabo, todo es cuestión de gustos y sobre gustos… ¡no hay nada escrito!