En esta tierra de vinos en la que vivimos podemos disfrutar de una extensa variedad. Literalmente de norte a sur y de este a oeste tenemos multitud de caldos con variedad de matices. Sería una injusticia despreciar alguno de ellos por ser menos conocidos. Debemos darles una oportunidad a todos y juzgar por nosotros mismos, sin dejarnos influir por la opinión de los demás. Algunos de estos vinos menos conocidos podrían ser los vinos de Galicia. Sin duda hemos oído hablar de los vinos con denominación de origen Rioja o Ribera del Duero, pero ¿qué decimos de la denominación de origen Ribeira Sacra? Esta es una de las cinco denominaciones de origen gallegas. Hablemos de los vinos de Galicia.
¿Buenos vinos de Galicia?
¿Pero, para conseguir un vino de calidad, no se necesitan sol y calor? ¿Cómo entonces se puede obtener un vino de calidad en Galicia? No nos confundamos, no todas las áreas gallegas comparten la misma climatología.
Dependiendo de si hablamos del norte o del sur de Galicia podemos encontrar diferentes climatologías. Además, existen zonas con microclimas que pueden diferenciarse en temperaturas y precipitaciones significativamente. Sumado a lo anterior también hemos de decir que las cepas de la zona se han aclimatado a la humedad que existe. Por estas razones podemos paladear ricos vinos provenientes de Galicia.
Denominaciones de origen de los vinos de Galicia
Monterrei:
Los restos arqueológicos indican que el nacimiento de estos vinos se remonta al tiempo de los romanos, habiéndose encontrado vasijas y otros elementos ligados al vino en el lugar.
En la edad media los vinos de la zona de Monterrei adquieren una notable importancia y reconocimiento. Así continúa siendo por largo tiempo hasta que poco a poco van perdiendo fuerza y terminan por casi desaparecer en los años 90, cuando la mayoría de las viñas son abandonadas por la escasa rentabilidad que producen.
En el año 94 se reactiva la industria vinícola gracias al reconocimiento administrativo de la Denominación de Origen y la aprobación de su reglamentación.
Este vino se crea a partir de variedades preferentes autóctonas que crecen en suelos de distintas composiciones y en un clima con fríos inviernos y calurosos veranos.
Durante la maduración la viña tiene que soportar variaciones importantes de temperatura de hasta 30 grados, lo cual confiere el carácter personal que lo identifica.
Envejecidos en barricas de roble se obtienen vinos de barrica, crianza, reserva y gran reserva.
Hay variedades tintos y blancos. Los blancos son frescos y equilibrados. Los tintos son equilibrados y de taninos suaves.
Rías Baixas:
De historia reciente, reconocido en el año 1980 con denominación de origen inicialmente Albariño y ya en 1988 con denominación de origen Rías Baixas, este vino ha sufrido una evolución en su producción hasta el día de hoy.
En principio contaba con tres zonas reconocidas, en las cuales unos escasos viticultores trabajaban unos pocos cientos de hectáreas para abastecer a unas 14 bodegas.
En pocos años los viticultores ascendieron a miles, las hectáreas aumentaros a más de 2.000 y las bodegas llegaron a superar las 150. Además, se sumaron dos zonas más al reconocimiento, pasando de Val do Salnés, Condado do Tea y O Rosal, a incluirse también Soutomaior y Ribeira do Ulla.
De zonas llanas, con un clima Atlántico y precipitaciones abundantes que descienden en el verano, el vino Rías Baixas resulta ser un vino seco, de aroma punzante, afrutado y con un regusto muy fino y prolongado.
En el caso particular del Albariño, de color amarillo brillante, el resultado es un vino fresco y suave en boca. En los casos del Rosal y Condado de Tea hablamos de vinos con intenso aroma y una ligera acidez.
Hemos visto hasta aquí dos de las cinco denominaciones de origen reguladas de los vinos de Galicia. Continuaremos en el siguiente articulo analizando las tres restantes; Ribeira Sacra, Ribeiro y Valdeorras.