La vid y el vino en la España del Al-Ándalus

En la exposición “La vid, el vino y el CSIC”, se aborda el interés científico por acercarse a esta época tan importante culturalmente en España y su relación con el cultivo de la vid y el vino.

La vid, el vino y el CSIC | 2015-12-18 12:10:23
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La vid en los tratados agrícolas andalusíes.

Equipos multidisciplinares del CSIC (filólogos, agrónomos y botánicos), en colaboración con las Universidades de Córdoba y de Granada, estudian los tratados agrícolas y botánicos andalusíes, redactados entre finales del siglo X y mediados del XIV.

A partir de una primera labor filológica, centrada en la edición, traducción y revisión crítica de estas fuentes textuales árabes, tanto manuscritas como impresas, se analiza de forma rigurosa la información procesada de acuerdo con un modelo establecido, para llegar a una valoración de la especie vegetal estudiada.

En el caso de la vid (árabe karm, pl. kurum), el trabajo ha permitido ampliar el conocimiento que se tenía de este cultivo ancestral en el suelo peninsular, al que los textos agrícolas andalusíes dedican una mayor atención y extensión. De igual modo, ha aportado novedades sobre algunas técnicas aplicadas –el injerto o la poda– respecto a las registradas en los tratados greco-bizantinos. La información de carácter etnobotánico (formas de pasificación en épocas de carestía, usos mágicos…), no ha sido menos interesante, igual que la relativa a estructuras paisajísticas surgidas en torno al manejo de la vid en regadío y dispuesta en emparrados (árabe ‘ariš, daliya).

Los tratados agrícolas andalusíes, como cabría esperar, sólo aluden a la preparación de mosto, arropes y vinagres, ya que el consumo de vino (árabe jamr, nabid) está prohibido por el Corán.

Más información: Dra. Expiración García Sánchez (egarcia@eea.csic.es), Escuela de Estudios Árabes (EEA).

En los márgenes de la ley: el consumo de vino en Al-Ándalus.

Científicos del CSIC han estudiado los datos de las fuentes árabes escritas en Al-Ándalus, llegando a la conclusión de que se bebía vino aunque la ley islámica lo prohibía.

En grandes ciudades como Córdoba y Sevilla, se bebía vino en tabernas y alhóndigas, o en espacios periurbanos como las orillas del río. Había una conexión evidente entre estos lugares de consumo y la práctica de la prostitución y otras actividades como el canto y el baile.

La venta de vino –como la prostitución– estaba sujeta a una fiscalidad estatal, pero era perseguida regularmente cuando las autoridades políticas deseaban ejercer un control de las “gentes de mal vivir” y sus costumbres libertinas. Se trataba de ámbitos de marginalidad, marcada por la transgresión de las normas religiosas.

En el extremo opuesto de la escala social, príncipes, aristócratas y soberanos mantenían un discreto consumo de vino que se hacía en un espacio de sociabilidad muy concreto: las “tertulias de bebida” que se llevaban a cabo en la parte privada de sus residencias y en las que participaban poetas, astrólogos, altos funcionarios, visires, etc. Participaban también esclavas cantoras y músicos, todo de acuerdo con una etiqueta bien establecida y en días fijados a lo largo de la semana. En este ambiente privilegiado, el vino era un signo de distinción, como lo era el cultivo de la poesía y de la música.

Aunque beber era pecado y un delito, que se castigaba con pena de azotes, los juristas andalusíes consideraban el consumo privado como una elección individual, de la cual debería el pecador dar cuenta a Dios, mientras que el consumo público constituía un escándalo inaceptable, porque rompía el consenso de las normas comunitarias y era un ejemplo de mala conducta que debía ser castigado severamente.

Más información: Dra. Manuela Marín (mmarin67@movistar.es), Científica jubilada del Centro de Ciencias Humanas y Sociales (CCHS).

Presencia del vino en la poesía andalusí en la edad media.

Aunque es sabido que el consumo de vino estaba prohibido en el mundo islámico, estudios realizados por científicos del CSIC han permitido constatar, una vez más, que se toleraba.

La pervivencia de conventos y templos cristianos permitía a los musulmanes comprar lo que denominaban “vino de monasterio”, al ser adquirido en estos inmuebles, y luego consumido de manera privada en jardines y en momentos de regocijo, como se refiere el poeta cordobés Ibs Shuhayd, cuyos escritos, junto con los de otros autores, han sido estudiados por científicos del CSIC.

Poetas musulmanes hispanos refieren la existencia de tabernas y taberneras (al-Gazal), aunque la ingesta de esta bebida se asocia con jardines, lugares deleitosos, la presencia de la noche o la alborada, tertulias y buena compañía (Ibn Jatima). El vino en la poesía árabe se asocia con la belleza, el amor y el deleite. Incluso se refiere constantemente a la persona que escancia el líquido, el copero, reseñando su elegancia, juventud y beldad, temas recogidos por las relaciones poéticas realizadas desde la época del arabista Emilio García Gómez. En la poesía andalusí el vino siempre se asociará con los elementos más deleitosos de la vida, los lugares hermosos, las bellas mujeres, las grandes pasiones, la belleza, identificando los efectos de esta bebida alcohólica con los sentimientos y sensaciones que despierta la persona amada.

Más información: Dr. Miguel Ángel de Bunes Ibarra (miguelangel.bunes@cchs.csic.es), Instituto de Historia (IH). Centro de Ciencias Humanas y Sociales (CCHS).

Publicación del la exposición: La Vid, El Vino y El CSIC. Comisarios de la exposición: Mª Carmen Martínez y Alfonso Carrascosa.

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