Homenaje
Homenaje a José Luis García Otero
AMIGOS Y ENÓLOGOS PARA SIEMPRE
“Salud, fuerza y unión, son mis deseos al apurar este vino en mi garganta”, de Gabriel Valbuena Hernández. Que buena frase para homenajearte.
Amigo y compañero José Luis, tú que solías llegar un poco tarde a clase, ¿por qué has llegado antes de tiempo en esta ocasión?
El azar caprichoso hizo que nos encontrásemos en la preciosa Córdoba, allá por Octubre de 2002. Un pequeño grupo de aventureros, con distintos sueños e ilusiones, pero unidos por una atracción misteriosa hacia el mundo del vino. Comenzamos estudiando juntos, pasándonos apuntes, nos ayudábamos con los trabajos de clase, y acabamos “repasando” por las noches en las tabernas de Córdoba. De compañeros, con el tiempo y el vino, pasamos a ser amigos inseparables… ¡qué remedio!, siendo tan poquitos en clase.
En la Escuela y en las tabernas descubrimos juntos el mundo de la Enología, sus formas de expresión, su tradición… y ese duende que encierra cada copa de vino, poco a poco, sin darnos cuenta, se fue apoderando de nosotros y nos hermanó. Y ahí, en esa familia, el núcleo eras tú, amigo José Luis.
Aquellos dos años pasaron tan deprisa… pero los aprovechamos bien, son tantas las vivencias y anécdotas… Todos nosotros recordamos los buenos momentos que hemos pasado contigo: cumpleaños, catas en el piso, comidas improvisadas, etc., también las calurosas noches de junio estudiando, las “anotaciones” en tus apuntes, los viajes de prácticas, Vinoble y otras ferias del sector.
La alegría y las ganas de vivir, tu forma de ser, siempre dispuesto a beberte la vida de trago en trago, como se bebe un buen vino… eras el primero en dar su apoyo al que lo necesitaba, en arrimar el hombro, en dar las cosas que no se pueden comprar como el cariño, ¿cómo no te vamos a querer y admirar?.
No has tenido tiempo de hacer un gran vino que reciba un Bacchus ni que R. Parker te dé un 95, pero te llevaste el “Premio a la Simpatía” en el encuentro de Escuelas de Enología de Cádiz en marzo de 2004. Simpatía, palabra derivada del griego que significa “sufrir juntos”, esencia de la solidaridad y base de cualquier relación, en nuestro caso la AMISTAD, que la escribimos en mayúsculas porque pocas veces se siente a alguien tan cerca cuando se encuentra a cientos de kilómetros. Con apenas palabras y una de esas sonrisas tuyas eras capaz de cambiar el rumbo del día contagiando tu alegría. Y éste es el orgullo que tus conocidos llevamos dentro, tu madre y tu hermano podrán decirle a tu sobrina que, ante todo, fuiste “buena gente”.
Ya casi han pasado siete años desde que nos licenciamos, estamos dispersos por toda España y solo algunos trabajamos en el mundo del vino, pero nos hemos vuelto a reunir por ti. El vínculo de nuestra amistad se ha mantenido y así continuará, porque sabemos que es suficiente marcar un número de teléfono para escuchar a un amigo con quien compartir un momento de alegría, a quien pedirle consejo, ayuda o, simplemente, una palabra de ánimo en un mal momento; es lo mejor que tenemos.
En estos momentos es cuando se valora lo que hemos tenido y cuando nos preguntamos qué hemos hecho bien y mal. Nuestra promoción, humildemente, opinamos que no sería malo rescatar aquellos valores de nuestra época estudiantil, aquellos sueños e ilusiones, aquella capacidad de lucha para conseguir nuestros objetivos.
Amigo José Luis, hermano, te damos las gracias por todo lo que has compartido con nosotros, en la bodega de nuestro corazón, guardado bajo llave, tenemos para siempre tu recuerdo. Allá donde estés, queremos que sepas que siempre estarás junto a nosotros y cada vez que nos reunamos en torno a una botella de vino, nuestro primer brindis irá por ti.
Promoción 2002/04. Licenciatura de Enología. Córdoba.