Los productores hacen previsiones sobre una vendimia afectada por la sequía, las heladas y el pedrisco
Las heladas de abril, el pedrisco y, sobre todo, la sequía, van a hacer que el vino de este año sea escaso pero excelente. Es la conclusión a la que llegan los productores a escasas semanas del comienzo de la vendimia. Todas las previsiones apuntan a que en 2017 el volumen de vino y mosto producido será de unos 39 millones de hectolitros, frente a los 44 millones de la campaña anterior. Eso significa precios al alza, dado el ligero repunte de la demanda interna y el buen ritmo de las exportaciones.
Las heladas se llevaron por delante entre un 40% y un 60% de la producción en zonas de poca cosecha pero alta calidad en todo el norte y el noroeste de España. En la Rioja Alta, se estima, las pérdidas fueron de más de un 50%; en la Ribera del Duero (de donde salen cada año más de 120 millones de kilos de uva), José Manuel Pérez Ovejas, enólogo de Viña Pedrosa, calcula que este año se vendimiará el equivalente a un tercio de una cosecha normal. Pero el propio Pérez Ovejas explica el lado positivo: las uvas que han sobrevivido darán un excelente mosto.
En Castilla-La Mancha la producción caerá de 24 a 22 millones de toneladas, según estiman las cooperativas agroalimentarias. No solo son responsables la sequía y el pedrisco que cayó en junio sobre la región; el Gobierno autónomo ha decidido rebajar de 40.000 a 30.000 kilos por hectárea los rendimientos autorizados de uva [en las denominaciones de origen esas cantidades descienden]. El consejero de Agricultura, Francisco Martinez Arroyo, justifica la medida por la necesidad de apostar por una producción de calidad frente al volumen y a lograr que todas las bodegas paguen por la calidad de la uva que compran. En esa misma línea, la consejería de Agricultura aplica una política de reestructuración para que los cultivadores elijan variedades de mayor calidad frente a las más productivas.
Las malas condiciones meteorológicas este año han perjudicado a todos los productores europeos de uva, especialmente los grandes competidores de España como Italia o Francia. Así, se estima que la producción en toda la Unión Europea caerá un 10% esta temporada hasta cerrar el ejercicio con 148 millones de hectolitros.
El resultado es que los productores están convencidos de que se dispararán los precios en las denominaciones de origen de mayor calidad, como Rioja o Ribera de Duero, después de estar varios años congelados. Se espera que la uva se llegue a pagar hasta a dos euros el kilo, frente al euro que se pagaba en la pasada cosecha. En zonas de grandes producciones como Castilla-La Mancha, por otra parte, los precios esta vendimia serán, como mínimo, como los de la pasada temporada: es decir, desde 22 céntimos el kilo para una uva de 12 grados hasta más de 36 céntimos para las varietales de calidad.
La mala campaña que se espera en otros países europeos también dará un impulso a las exportaciones. Francia ha llegado a comprar hasta cinco millones de hectolitros de vino español, fundamentalmente graneles baratos. Pero la diferencia es que el valor se incrementa. El precio medio del vino exportado ha aumentado un 6,5% hasta los 1,20 euros.