España es uno de los destinos más apetecibles para realizar enoturismo a nivel mundial. Siendo uno de los grandes destinos turísticos, aprovechar la variedad de cultura, paisajes, gastronomía y denominaciones de origen vitivinícolas es una de las apuestas para dinamizar la economía.
España es uno de los países que más turismo recibe a nivel mundial. Este pasado mes de julio, España ha recibido más de 8,8 millones de turistas internacionales, 29,2 millones durante el primer semestre del año. Las cifras de gasto de turistas extranjeros en España para el primer semestre del año fueron según los informes de 28.287 millones de euros.
Estos datos parecen alentadores sobre el funcionamiento del turismo en España. Y es que no deja de ser un gran destino. Variedad de paisajes, un patrimonio único, donde relucen joyas como la Alhambra, de lo más visitado en nuestro país. Deportes y aventura, donde los Pirineos, Picos de Europa y las Gargantas de la Sierra de Guara son destinos de primer orden en Europa para estas prácticas. Y por supuesto la Gastronomía. Un crisol de sabores y recetas recorren a España de norte a sur, donde la dieta mediterránea tiene fama mundial.
Siguiendo esta inercia, parecería absurdo no aprovechar en un país como España un turismo creciente como el enoturismo. A medio camino entre el turismo cultural, de naturaleza y gastronómico, conocer las regiones vitivinícolas del país mayor productor de vino del mundo parece ser una gran oportunidad para la Marca España. Hoy en día en España se ha consolidado una amplia cultura vinícola que está presente en casi cualquier aspecto de nuestra vida cotidiana. De hecho, el término vino español se emplea para llamar tan al producto como a diversos actos sociales que incluyen un brindis. Del mismo modo, el vino también se toma para acompañar a las tapas en los bares, e incluso como bien sabes, se ha convertido en el elemento central de diversas rutas turísticas.
Son muchas las zonas del mundo que han encontrado en el enoturismo una forma interesante de desarrollar el mundo rural y establecer un modelo que aporte recursos financieros sostenibles al mismo. España tiene todos los recursos a su alcance. España tiene 63 Denominaciones de Origen vitivinícolas y más de 20 Rutas del vino certificadas a lo largo y ancho del país. Varias comarcas como la Rioja Alavesa o Utiel Requena aspiran al título de paisaje vitivinícola patrimonio de la humanidad.
Solo nos queda ser conscientes de este potencial, por parte de autoridades, asociaciones, bodegueros, enólogos y agentes turísticos para promocionar este tipo de viajes, tan ligados a la cultura, la naturaleza y el vino y que atraen a miles de turistas cada año. De esto ya han aprendido en países como Francia e Italia. Solo hay que ver las cifras de enoturistas en regiones como Burdeos o la Toscana.
Es el turno de España.