Autor: DAVID MANSO
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Guía sobre la temperatura ambiente y el correcto servicio del vino
Independientemente de la temperatura ambiente a la que nos encontremos, el vino ha de servirse a la temperatura correcta, ni más frío por ser verano ni más caliente en invierno
Varias consultas y comentarios sobre mi anterior artículo (Diario de una semana de vinos) sobre los aspectos que se deberían mejorar en el servicio de vinos, la temperatura de servicio ha sido una de las que más dudas y preguntas ha generado unida a la temperatura ambiental. Ante esta serie de consultas, la mejor opción para darles respuesta y aclarar cuestiones es publicar esta guía aclaratoria.
UNA INADECUADA TEMPERATURA DE SERVICIO…
Indistintamente de la estación del año en la que nos encontremos, el emplazamiento (interior o exterior) o la temperatura ambiente que nos rodee, el vino tiene una temperatura de servicio, la cual nos permitirá disfrutar plenamente de él y apreciar sus virtudes. Según sea el tipo de vino a servir le corresponderá una determinada temperatura. Obviamente cada persona tenemos nuestros gustos y preferencias lo que nos llevará a tomar el vino a distintas temperaturas, acción que nos satisfará de una forma hedonista, pero que no nos llevará a apreciarlo plenamente.
Así pues en un vino tinto servido muy frío se taparán los aromas frutales y se acentuarán sobre estos los aromas secundarios. Por el contrario, si ese mismo vino tinto se sirve a temperatura ambiente (28 – 30 grados o incluso más en verano) el alcohol prevalecerá sobre los aromas. Servirlo a la temperatura correcta hará que el equilibrio de todos sus componentes nos permita disfrutarlo sin que unos resalten sobre el resto.
En el caso de los vinos blancos y rosados, sobre todo en verano, apetece tomarlos más bien fríos. Ciertamente su temperatura de servicio siempre es menor que la de los vinos tintos. Un blanco o rosado muy frío entrará muy bien en boca refrescándonos, pero perderá potencia aromática y sabores, mientras que si está a temperatura ambiente nuevamente una sensación alcohólica (aún siendo de más baja graduación que la de los tintos) nos invadirá inicialmente camuflando otras virtudes.
TEMPERATURA DE SERVICIO FRENTE A TEMPERATURA DE CATA…
Beber un vino difiere de la acción de catar un vino. Frente al disfrute de tomar una copa de vino en la que buscamos un placer, un momento, y en la que podemos permitirnos variar un poco la temperatura en función de nuestros gustos (no en demasía), la cata por contra tiene como objetivo principal la de «juzgar el vino», testarlo.
Para esta labor la temperatura de este ha de ser la recomendada según sea el tipo de vino a catar, de esta manera podremos identificar todas sus propiedades tanto en aromas como en sabores, así como posibles defectos (si los hubiera). La cata analiza el vino, beber es disfrutar del vino.
TEMPERATURAS DE SERVICIO SEGÚN EL TIPO DE VINO…
Como hemos comentado con anterioridad cada vino tiene por su composición y propiedades una temperatura correcta de servicio, con ella podremos apreciar todas sus características, sus virtudes.
CONSEJOS PARA ATEMPERAR EL VINO…
Quizás el error más comúnmente cometido sea enfriar el vino en un congelador. Jamás, repito, jamás enfríes el vino en un congelador. El vino es un «ser vivo», y como tal los cambios bruscos de temperatura no son recomendados, siendo en la pérdida de sabor donde más lo acuse. Igualmente ocurre si le añadimos hielo. El rápido enfriamiento y el agua fría que se incorpora en forma líquida reduce aromas y sabores.
La forma correcta para atemperar un vino es tenerlo en una vinoteca que podamos regular a la temperatura adecuada, pero si no disponemos de ella, tranquilo, existen varias fórmula que podemos utilizar.
La mejor opción en este caso es la de enfriarlo en una cubitera con hielo. El agua, al deshacerse el hielo de forma paulatina, enfriará progresivamente el vino hasta llevarlo a la temperatura deseada. Otra posibilidad es la de atemperarlo en la nevera. En ambos caso habrá que ir controlando el enfriamiento para evitar que la temperatura baje en demasía.
Para cerciorarnos de que el vino se encuentra a la correcta temperatura existen en el mercado diferentes tipos de termómetros para medirla, de mercurio, digitales e incluso con sistemas infrarrojos que nos ayudarán a controlar la temperatura deseada.
CÓMO SUJETAR LA COPA DE VINO
Si sostenemos la copa de vino por el cáliz el vino se calentará por el calor de nuestra mano, especialmente si se sujeta durante largo tiempo. La forma correcta para no alterar la temperatura del vino es sujetar la copa por el tallo.