Con motivo de la celebración de un cumpleaños en la familia degustamos un sorprendente tinto Pata Negra Gran Reserva 2006, Denominación de Origen Valdepeñas. Habiendo tratado recientemente los vinos españoles, me pareció correcto dedicarle una publicación dada la grata impresión que nos llevamos con este tinto.
De este vino.
El Pata Negra es una marca de vinos de Bodegas Los Llanos, una bodega centenaria (procede desde 1875), la cual pertenece hoy al grupo J. García-Carrión; líder a su vez tanto en vinos como en zumos de fruta en España y de gran posicionamiento en el mercado mundial. Por esto es una marca que utilizan en vinos de varias regiones (como Rioja o Rueda), pero en este caso nos correspondió uno de origen Valdepeñas. -En imagen marca y nombre de la empresa, tomada de la página oficial de la misma-
Respecto a este Pata Negra es un tinto de uva tempranillo, de recolección manual seleccionada, que se añeja durante 18 meses en barricas de roble francés y americano (sin que la página de la marca indique proporción o uso de las mismas) y según la normativa de la D.O. debió permanecer 42 meses en botella para completar un mínimo de 5 años de crianza (que puede comparar con nuestra nota anterior de Categorías) en bodegas subterráneas a 12 metros de profundidad.
En etiquetas se incluyen medallas de oro en premios Bacchus, Challenge International du Vin y Berliner Wein Trophy otorgados en 2014. También obtuvo plata en el Wine and Spirits Competition 2013 y otros reconocimientos.
Procedencia.
Como ya dijimos este vino viene de Valdepeñas, denominación de origen ubicada en la Provincia de Castilla La Mancha (quizás el mayor viñedo del mundo), al sur de Madrid. Val es un diminutivo de valle, por lo que podemos indicar que se trata del “Valle de las Peñas”, ello se corresponde con su suelo pedregoso, poco profundo, de composición caliza. Es una zona que recibe vientos mediterráneos, sufriendo sequías en verano y heladas en invierno.
Se caracteriza por sus blancos a base de Airén y ha sido famosa por sus tintos clarete. Como en gran parte de España la uva más importante es la Tempranillo, llamada en la región Cencibel, otro de los muchos nombres que recibe la cepa estrella.
La Cata.
Para empezar indicaré que esta botella fue adquirida hace más de un mes, por lo cual la guardé en posición horizontal en el rincón más oscuro y fresco del armario (a falta de una cava adecuada es un buen recurso) para que reposase correctamente. Dada la temperatura de Ibagué (Tolima, Col.) fue necesario refrescarlo un poco con hielo; ya sé que habrán oído que el tinto no se enfría pero también deben tener en cuenta que a más de 18C° no se podrá degustar correctamente y por el contrario tenderá a dañarse.
Igualmente le abrí con antelación a su degustación para airearse y al servirlo lo hice en pequeñas cantidades para que se oxigenase puesto que no usé decantador (no lo juzgué necesario).
Ya servido y reposado procedimos a observarlo. Se vio un vino muy claro, bellamente limpio, brillante y muy traslúcido. De un rojo granate y visos rojos muy claros tendientes a los tonos teja o ladrillo. Su lágrima fue lenta aunque no tan gruesa, de hecho al agitar se notaba bastante ligero. En este punto lo más resaltó fue la claridad, quizás relacionada con la fama de los claretes de la región.
Su ligereza fue comprobada en nariz con notas muy particulares. En primera nariz sentimos un vino vigoroso, que invade las fosas con la volatilidad de su alcohol (pese a que no posee una graduación exageradamente alta). Inmediatamente se sienten aromas a moras y otros frutos rojos; para nuestras acompañantes se trataba de agraz y ciruela. Con el tiempo y a medida que se oxigenó se percibió nota de hoja de tabaco y otras vegetales.
En boca da una primera sensación suave, bastante agradable. De astringencia y acidez medias y hasta deja un sabor dulce que persiste bastante. Realmente tiene un final largo que rellena la boca. Los sabores se corresponden con los aromas, resaltando al inicio los vegetales y lácteos.
Ya las siguientes copas y una vez ha respirado un poco más se intensifican los aromas de madera, la resina y el tabaco; pero también las frutas como ciruelas pasas. Igualmente los lácteos a queso o mantequilla, los cuales invaden todo el sabor de boca.
En definitiva un bello vino que va mejorando entre cada trago y que a pesar de ser un tempranillo español resulta mucho más suave, claro y ligero que sus hermanos del norte, siendo un vino muy fácil de beber y que se ajustó mucho a gustos de ambos sexos. Su valor se comprueba cuando al llegar al final de la botella quedamos con el deseo de una copa más.
Con qué va.
Dados los aromas y sensaciones en boca, en especial esas fascinantes notas a tabaco, de lo primero que me antojé al probarlo fue de un habano. Visualicé al instante, e imaginé en paladar, un Romeo y Julieta no muy grande, quizás un Número 3. Trataré de completar la experiencia ideada.
Pero si hablamos de comida, por supuesto vienen a las papilas deseos de tapas españolas a base de jamón ibérico, chorizos no exageradamente picantes y el clásico queso manchego. También se antoja espárragos, solos o con salsa de queso.
Hablando de comida colombiana no hay por qué temer a acompañarle con morcilla, chorizo o salchichón del Líbano (típico del Tolima). Nuestro queso Paipa se puede acomodar bastante bien. No se descubre ningún secreto al indicar que irá perfecto con filete de res a la parrilla o plancha, soporta un corte medianamente graso.
Dónde y cuánto.
En la página oficial de la empresa productora se encuentra este vino a precio de 24 euros por caja de seis unidades, en otras tiendas virtuales se encuentra precio por botella de 4.25 a 4.50 euros (más envío); por lo que se suponen costos más altos en tiendas. El lector de este hemisferio no debe proceder a realizar la conversión de monedas a pesos (o su moneda local) puesto que sería desconocer los costos de transporte, importación, impuestos, distribución y demás.
En Colombia el Pata Negra de Valdepeñas es distribuido por Dislicores S.A. con un precio promedio de $42.000 y en algunas ocasiones más bajo; por lo que conforme al mercado local resulta ser una excelente relación precio/calidad, muy recomendable a mi modo de ver. Por mi parte es un vino que trataré de repetir.
Nos vemos entre copas.
César Augusto Herrera S.